2 de julio de 2017

Cinco actos para empezar el día






Ningún día es un día cualquiera. Para darse cuenta ello, propongo cinco actos que puedes realizar para iniciar el día. Despertar otra vez no es una obviedad; si aún eres parte de esta manifestación existencial, valdría la pena notarlo y arrancar la jornada lleno de vitalidad.

1. Meditación
Silenciar la mente
A la mente le gusta cacaraquear y alborotarse con lo primero que se le cruce. Es capaz de trasformar, en cuestión de segundos, palabras en ideas; ideas en historias, e historias en hipótesis verdaderamente complejas. Esta distracción especulativa diluye el presente, lo lleva lejos y en su lugar emergen pensamientos involuntarios que controlan nuestra realidad. La meditación es una forma de apaciguar estas turbulencias mentales; es una manera de hacer espacio mediante la eliminación del ruido.
Iniciar el día con la mente calmada ayuda a decidir con más claridad, a priorizar labores y a enfocarse en lo que realmente vale la pena.

2. Estiramiento
Preparar el cuerpo
La movilidad es esencial para el cuidado de la salud; al brindarle una estimulación motriz a nuestro cuerpo, lo preparamos para que pueda responder de la mejor manera. Además, esto fomenta el rendimiento de los músculos, huesos y articulaciones para mantenerlos con vida y movernos con fluidez.
El cuerpo no hace más que tratar de mantenernos con vida el mayor tiempo posible, frente a todo y pese a todo. Cuidarlo es un acto de conciencia en el que se retribuye el tremendo esfuerzo que realiza día con día.

3. Respiración
Que circule la energía
Practicar la respiración permite activar las circulaciones de energía que vibran con nuestro cuerpo. Si bien hemos activado la parte física con el ejercicio anterior, también es importante considerar la estimulación energética.
Respirar suave y profundo; imaginar el trayecto del aire hasta los pulmones. Es así que el fuego interior se calma y se vuelve estable; maleable. Cuando aprendemos a percibir la energía y su fuente, podemos ser capaces de canalizarla hacia los puntos más pertinentes.
Empezar el día con ganas, fuerza y energía son algunas de las virtudes de realizar este acto; respirar nos da vida.

4. Agradecimiento
Llenar el corazón
La gratitud es abundancia. Somos dignos de despertar y tener un cuerpo a nuestra disposición; tener la tranquilidad de un hogar, compartir nuestro viaje con seres grandiosos, recibir un sol, un cielo… Motivos para agradecer salen sobrando.
¿Agradecerle a quién? Eso no importa; a veces es mejor no tratar de definir lo que está más allá de nuestro razonamiento. La alegría de este acto está en amar lo que se nos ha proporcionado. Aquí no caben las comparaciones. Los recursos que hemos recibido sirven para nuestra propia realización.
Saludemos al mundo, si queremos podemos hacer rezos o recitar algún mantra. Todo eso que sirva para disfrutar de la dicha de estar aquí, es bienvenido.

5. Contemplación
Unirse a la belleza
Ver el amanecer, salir al aire libre y respirar el aire fresco de la mañana. Los árboles nos hablan, las nubes y los trinos también lo hacen. Disfrutar del espectáculo que nos circunda revela la belleza de nuestro entorno y permite entrar en una frecuencia divina. Es liberador despojarse de todo y unirse, aunque sea un instante, a la corriente natural.
Más que un ejercicio reflexivo, es un acto lleno de vacío. Que los sentidos sean los que hablen en lugar de las palabras, esto es más pleno y enriquecedor.

El siguiente esquema muestra la dinámica de la práctica descrita, relacionando además cada acto con su elemento correspondiente:
El objetivo de este trabajo, es brindar a los cuatro centros su propia realización para que el quinto pueda manifestarse. La tan anhelada búsqueda alquímica.
Concuerdo con don Alejandro Jodorowsky, quien resume en el siguiente extracto, las cuatro realizaciones:
En el intelecto: la iluminación
En el emocional: la Gracia
En el sexual: el éxtasis
En el cuerpo: el trance

Seillero de letras, Sema Hernández, Alejandro jodorowsky, Leandro Taub, Joan Cutrina, Alquimia, Los cuatro elementos, Tarot